Aquí van algunos consejos, por si os ayudan, que hemos llamado "Kit de supervivencia del defensor de TFM".
Al margen de esto, es importante que leáis bien el protocolo del acto de defensa, donde tenéis la normativa que os describe el funcionamiento.
"¡Dígame usted, amigote!" Es decir, os hablamos del trato a los miembros del tribunal. Debéis seguir el trato que el presidente del tribunal marque al inicio de su intervención (es el que hablará primero). Si os habla de usted, mantened ese trato, en ningún caso tuteéis. Puede ser que otro miembro del tribunal sí lo haga al dirigirse a vosotros, en ese caso podéis darle ese mismo trato a él o ella, pero por mucho que os caiga bien, es un académico formal y no nos pasemos.
"Yo, con mis bermudas, que hace calor". Pues no, te fastidias y vas vestido normal. No hay que ir de boda, se puede ir con vaqueros (probablemente algunos miembros del tribunal vayan así), pero vamos, es el último acto académico del Máster, es un día importante y es bueno guardar las formas también en la indumentaria.
La biblia en verso. No os enrolléis. Diez o quince minutos de exposición como mucho. El tribunal se ha leído ya el trabajo. Haced una buena síntesis. Eso implica que no corremos, no se trata de meter con calzador todo y dejar agotado al tribunal y que acabéis sin saliva. Para evitarlo: ensayad vuestra presentación en voz alta en casa. Si podéis hacerlo con alguien que no os quiera demasiado, para que no os diga, "cariño, está fenomenal", cuando no es así, mejor.
"Una palabra no tiene poder", traducción literal de "el Word is not a Power(point)". Muchos, para controlar los nervios, se ponen casi todo en la presentación de PowerPoint y leen. Queda fatal, el PowerPoint y vosotros, ante un tribunal que valora vuestra capacidad de hablar con solo unas notas.
El TFM no es la UD. Tenéis que hablar de los apartados principales de todo el TFM, no solo de la UD (si es vuestro caso). Eso implica: objetivos del TFM, metodología, marco teórico y conclusiones. "-¿En diez o quince minutos habíais dicho?" “-Sí.” "-Lo flipáis." “-No, se puede: id a lo esencial.”
Esperaaaad. Tenéis que esperar a que intervenga el último de los miembros del tribunal para dar réplica. Hablan de menor a mayor rango académico: secretario, vocal y presidente.
Lápiz y papel. O sustitutivo, pero es que, así dicho, suena mejor. Es para lo de la espera que os decíamos antes: cada uno de los miembros del tribunal os dirá cosas y así anotáis qué y quién lo ha hecho. Si no, se os olvidarán. Si os hacen alguna pregunta concreta, sí o sí debéis contestarla. Si no es así podéis contestar o no a los comentarios en el turno de réplica de manera muuuuyyy concisa (cinco minutos como mucho más en total). Una fórmula socorrida es: "Les agradezco mucho sus observaciones que tendré muy presentes para mejorar mi trabajo".
Cara de póker. Pueden haceros observaciones que no os gusten y con las que no estéis de acuerdo. Pero es mal día para ponerse a discutir con alguien que, en cuanto salgas por la puerta, te va a poner la nota del TFM. Lógicamente podéis defenderos, sobre todo si es algo que vosotros entendáis importante, pero siempre con mucha corrección y estad seguros de que merece la pena. Quién sabe, igual ese tipo tenga razón...
Armados hasta los dientes. De modo digital, queremos decir. Al margen del sistema establecido, llevad vuestra presentación en un pendrive, mandáosla a vosotros mismos por correo, subidla a una nube. ¿Solo de una forma? No, de todas las posibles.
¡Con lo bonito que lo veía yo! La presentación llevadla en PowerPoint y también en pdf, para evitar sustos de cosas que se descuadran en otro ordenador o se cambia la tipografía y queda mal. Nada de Keynotes, maqueros.
Es una fiesta. Es vuestro día, ¡disfrutadlo! Si habéis trabajado mucho y lo lleváis bien, tenéis motivos para no estar preocupados, porque os habéis ocupado de que todo salga bien. ¿Concentrados? Sí, claro. Pero no agarrotados: con una sonrisa y con tranquilidad.